jueves, 11 de junio de 2015

Análisis crítico del curriculum de la Escuela



Introducción:
            Enfrentar el desafío que propone el “Programa Especial de Pedagogía en Enseñanza Media para Licenciados” de la universidad Andrés Bello, no es solamente adquirir el compromiso por aprender el oficio del pedagogo y por ende, manejar de manera concisa y precisa el cúmulo de conocimiento que esta rama de las Ciencias Sociales y Humanidades ofrece, aunque también obliga a aplicar todo ese saber a la propia aula de clases por medio de la práctica de observación en la institución educacional asignada por parte de la universidad.
            Es por medio de la práctica de observación o inicial, esas 60 horas pedagógicas, entendiendo que 1 hora pedagógica es el equivalente a 45 minutos, en que el licenciado o licenciada tiene la posibilidad de conocer el universo que se fragua al interior de la institución educacional, desde el momento que se ingresa al establecimiento educacional hasta las relaciones que se logran establecer en el transcurso de la propia práctica, lo cual podría considerarse, parafraseando a Terrence E. Deal, el Clima, Ethos o Saga, en donde se funden o amalgama lo que se entiende como “Cultura Escolar” y por consecuencia la interpretación de lo que se logra percibir a la hora de experimentarlo en el aula de clases.
            Pero articular todo lo expuesto a través de un informe implica más que solo bellas palabras, pues, se hay explicar la configuración la investigación. Para lograr dicho objetivo, dar coherencia a la presentación de este trabajo, es necesario tener presente que la información utilizada es netamente lo recogido a través de la experiencia ganada en la práctica, es decir, las anotaciones y las conversas que se han mantenido con los distintos integrantes de la institución educacional (sea estudiante, otros practicantes, profesores, etc.); además, hay que agregar la utilización de los artículos proporcionados en la propia cátedra (Curriculum Educacional), pues, tampoco se puede dejar de lado los textos que el propio establecimiento posee, es decir, el Proyecto Educativo Institucional (PEI) y el reglamento escolar, los cuales permitirán generar un cuerpo de conocimiento de calidad y comprender si el proyecto educacional se cumple a cabalidad, o simplemente queda en el papel.
             Este informe se divide en dos ítems, el primero va en relación al origen del establecimiento, específicamente el Liceo Eduardo de la Barra de Valparaíso, y esto conlleva la organización y estructura del propio liceo, o sea quienes lo conforman y de qué manera se articula la jerarquía dentro de ella. El segundo tramo del trabajo va en relación a detectar y aplicar el conocimiento adquirido en la cátedra y contrastarlo en las experiencias vividas dentro del aula del propio liceo, además de poder determinar por ejemplo los rasgos característico de una escuela netamente academicista o emancipadora, cual es el curriculum que aplican, que sucede en el aula, etc.
            Es por ello que el presente informe va en relación a todo lo experimentando en el aula de clase y como aplicar la información adquirida a través de las lecturas o actividades realizadas dentro de la cátedra a través del análisis crítico que objeto de estudio, Liceo Eduardo de la Barra, y lo que conlleva todo el proceso de aplicación de la información. Pero, también hay que plantear los resultados o vislumbrar ciertas conclusiones que se puede llegar a desprender de la investigación, aunque a primera vista el liceo es distinto a todo lo que he conocido o vivido como estudiante en el Colegio Carlos Cousiño, por lo cual uno puede llevarse sorpresas como el tipo de clases que se plantea en el aula, las actividades que se realizan o la relación que los alumnos y profesores que se percibe en el ambiente.
            Aunque de alguna forma, como uno de los principales resultados, se puede entender al Liceo Eduardo de la Barra pone en práctica el curriculum sociocognitivo, ya que el interés de la propia institución es generar cambios en el modo de pensar entre el alumnado, es decir, que pueda ser personas reflexivas y críticas con relación al ambiente en que vive, más aún, que sean participes activos de las sociedad, pues no es casualidad que dentro de la propia institución, y fuera de ella, se generen debates y diálogos, además de participar en las diversas marchas relacionadas con la educación. Otro punto es el clima de cordialidad y cooperación que se hace presente en todos los espacios del recinto educativo, desde el alumno o alumna que ayuda de manera activa dentro de la clase, como el de los profesores y diversos integrantes que conforman la extensa familia de “la barrita” –así denominan al Liceo en los gritos de alianza o marchas y los afiches que promocionan actividades–, aunque también se puede encontrar algunos pequeños desajustes o choques dentro lo que se plantea en los reglamentos con lo que sucede en la realidad, pero todo va relacionado al pacto y compromiso que los estudiantes y profesores entablan dentro de las propias aulas de clase.

Descripción de la Institución
“Liceanos fervientes estudiantes
de alma fuerte y de gran corazón,
en las aulas forjáis vuestro temple
y al colegio brindáis prez y honor”
Himno Liceo Eduardo de la Barra (fragmento)
            El Liceo Eduardo de La Barra, de Valparaíso, se caracteriza por ser un establecimiento educacional emblemático e histórico, pues, lleva más de 150 años de vida impartiendo educación y en sus aulas han pasado destacados personajes del acontecer nacional (Arturo Moya Grau, José Joaquín Edwards Bello, Salvador Allende, etc.), convirtiendo dicho espacio en un objeto de estudio y análisis extremadamente interesante.
            El origen del establecimiento educacional se remonta a mediados del siglo XIX, específicamente, con el decreto de creación firmado por el presidente José Joaquín Pérez, en el año 1862:
“Considerando la importancia de la ciudad de Valparaíso, que tanto por su comercio y población como por su cultura, reclama con urgencia de un establecimiento de educación en que pueden hacerse los estudios preparatorios necesarios a cualquiera profesión científica y aquellas especialmente más en armonía con el carácter de la localidad, he venido en acordar y decreto: Créase en la ciudad de Valparaíso un establecimiento de educación; que llevará el nombre de Liceo de Valparaíso…”[1]
            Este decreto va en directa relación a los intereses que existen por parte de los grupos dominantes tanto de la capital de Chile como el del empresariado de la ciudad puerto, pues, el objetivo de ellos era la creación de profesionales en relación con las necesidades de progreso para Valparaíso:
“La importante provincia de Valparaíso ha carecido hasta ahora de un establecimiento de instrucción superior sostenida por el erario nacional. El gobierno trata de llenar ese vacío fundando un colegio que junto con facilitar el aprendizaje de aquellos ramos de utilidad general, que forman la base de la instrucción de todo hombre culto, proporcione a los alumnos que lo frecuente conocimientos especialmente aplicables a las necesidades del comercio”[2]
            Estas dos citas expuestas ponen en relevancia la importancia o esencia del Liceo Eduardo de la Barra, ex Liceo de Valparaíso, el cual va en directa relación con la conformación de esta institución, la génesis,  y su historicidad, más aún, en la idea de ser una institución dedicada a llevar la educación a todos los sectores, pues, de alguna forma logró cautivar, en el periodo decimonónico, a los estratos más bajos de entrar al mundo del conocimiento, específicamente, la comprensión del comercio, pues, es esta el principal interés del curriculum del establecimiento para ese periodo
“Desde su fundación, el liceo está ligado al desarrollo de la libertad y democracia de la nación. Emerge en 1862, entre los primeros Liceos públicos y por ello, sobrelleva la calidad de heredero de la Educación Pública y por ello, sobrelleva la calidad de heredero de la Educación Pública vinculada desde sus inicios, a todo proceso en que la participación y el cambio están presentes”[3]
En esta breve, pero no menos importante, introducción histórica sobre los orígenes del Liceo Eduardo de la Barra, se puede encontrar ciertos indicadores (educación pública, formación, cultura, etc.) que confluyen con lo que podemos observar dentro de la práctica de observación, pues, siendo un liceo municipal que está abierto a recibir a todo tipo de estudiante, indirectamente del estrato social que se tenga, siempre está el recordatorio o sentimiento de pertenencia de clase:
Alumno dice: Profesor, qué significa ‘Capital Cultural’.
Profesor dice: El ‘Capital Cultural’, según Bourdieu, es la manera de adquirir y acumular conocimientos o ventajas que tiene un grupo de terminado de personas para acceder a ellas.
Alumna dice: ¿cómo se puede entender eso que dice?
Profesor dice: puedes comprar el liceo con algún colegio del ‘barrio alto’, o sea, ustedes tiene una educación distinta a la de ellos y se ve graficado en los resultados, más aún, hasta tienen la posibilidad de pasear y conocer por sí mismos ciertas cosas que nosotros, como institución, no podemos proveerles, como salir de paseo a otro país.”
A esto hay que agregar lo siguiente
Profesor dice: todos los que estamos acá, reunidos en este salón, somos de clase baja. Ya que no tenemos la posibilidad, por el sistema, de acceder a otro tipo de realidad.
Alumno dice: pero yo me siento Clase Media.
Profesor dice: pero por alguna razón estás en este colegio y no en otro.”
Estos dos registros expuestos pertenecen a la última semana de abril, en la clase de Historia, Geografía y Ciencias Sociales del plan Diferenciado, en el cual se está pasando en el aula “Introducción a la realidad nacional y análisis de fuentes documentales”, por lo cual muchas veces los diálogos entre alumno/alumna y profesor van a girar en relación a la contingencia nacional y en algunas de las coyunturas del momento como lo es la Educación o el sistema económico imperante en Chile –parte de los y las estudiantes, de los dos terceros en que realizo la práctica, participan en las manifestaciones en apoyo a los profesores o marchas de distinto índole, al punto de promocionarlo a través de panfletos en pleno recreo este tipo de actividades–




Figura 1. Volante impreso relacionado con la marcha para el 21 de mayo en Valparaíso.
 
 



Pero las expresiones van más allá de simple impreso, pues, se puede encontrar en los distintos espacios del propio liceo un sinnúmero de murales, éstos van conectados con el pensamiento y la expresión que gran parte del alumnado y el mismo profesorado adhiere, pues, en la coyuntura del 2011 (Movilizaciones Estudiantiles) este tipo de arte proliferó del establecimiento que estuvo en toma. Como se logra apreciar, en las distintas imágenes, pues, se logra captar íconos de la izquierda y el sentir de los propios estudiantes que simpatizan con esta ideología, aunque también hay un sentido artístico y de empatía con los problemas que aquejan en otras latitudes del país
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Figura 2. Mural dedicado a los estudiantes y
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Figura 3. Mural dedicado a la educación y al Subcomandante Marcos (EZLN), acompañado de una cita del literato Mario Benedetti.
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Figura 4. Mural dedicado al pueblo Mapuche.
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Figura 5. Arte callejero (Street Art) dentro del establecimiento.
            Estas muestras de expresiones, arte que nos permite entender de alguna forma el mundo que se desarrolla dentro del liceo, logran dilucidar algunos de los objetivos que busca entregar el Liceo Eduardo de la Barra en de sus tantas premisas que logran palpar con mucha facilidad, ya sea a través de actividades (Jornadas Pedagógicos Reflexivas, actividades artísticas, participar en las marchas, etc.) “Asumir un compromiso social para trabajar por el bien común, y con ello, por una sociedad justa y democrática.”[4]
            El liceo Eduardo de la Barra, dentro de su proyecto educativo institucional (PEI), se logra encontrar una amplia característica de cualidades descritas a través de algunos pasajes del texto nombrado, pues, en el establecimiento porteño, como vocación, siente la obligación de mantener vivo los principios de la educación pública chilena, es decir, de profunda vocación humanista, democrática y laica, en que se aborda el pluralismo y acercamiento con el entorno social que le rodea, pero nunca dejando de lado la calidad humana y los valores que los propios integrantes del recinto educacional puedan entregar las futuras generaciones de chilenos y chilenas que conformarán la sociedad.
            Todo lo expuesto es explicado de manera extensa y concisa dentro del “marco filosófico”, en el cual se hacen patentes la finalidad educacional del propio liceo, pues, lo que más hace hincapié es en la construcción de una mejor persona a través el desarrollo de habilidades cognitivas, competencias y talentos tanto físicos, sicológicos y espirituales, pues, como se ha explicado, el liceo recalca de manera insistente su legado humanista, donde el trabajo no radica solamente en los resultados académicos sino en la formación de una persona íntegra con capacidad para participar dentro de la sociedad competitiva e individualista “El Liceo Eduardo de la Barra promueve el desarrollo de habilidades, destrezas y competencias necesarias para el desenvolvimiento académico, ético y social de excelencia, que le permita a la persona desarrollarse como un ser integral, capaz de asumir con éxito los desafíos que se le presenten en su vida personal”[5]
            Pero si la misión del liceo no logra ser suficientemente clara, entonces los objetivos logran diseccionar parte por parte la cita, al punto de explicar de manera sustancial los aspectos que busca resaltar la institución educacional y que queda explicitada a través de los distintos documentos que han generado en el transcurso de última década, ya que no es solamente el PEI sino también hay un reglamento interno y diversos manuales que buscan reforzar la convivencia o el buen ambiente dentro de las aulas:
1.    Impulsar en el alumno la internalización de valores, hábitos y actitudes positivas como también la excelencia académica.
2.    Fomentar la identificación con el Liceo tanto por parte del alumno como del resto de los estamentos, a través de actividades pedagógicas, socioculturales, recreativas y de servicio comunitario
3.    Promover la integración, sana convivencia y un positivo clima organizacional que facilite el desarrollo personal y la creación de lazos afectivos con la institución
4.    Incentivar una actitud abierta al cambio que permita el desarrollo personal y comunitario.
5.    Asumir un compromiso social para trabajar por el bien común, y con ello, por una sociedad justa y democrática.
6.    Mejorar permanentemente la calidad de la oferta educativa institucional.
7.    Establecer y mantener redes de apoyo en diversos ámbitos de la sociedad que permitan el enriquecimiento y avance institucional.[6]
Otro punto a destacar es la caracterización de los estudiantes, alumnos y alumnas, que atiende el establecimiento educacional, pues, al ser de la Corporación y depender de la Municipalidad, tiene la obligación y el deber de aceptar a todo adolescente que deseé o que necesite terminar su educación media, ya que hasta este mes, mayo, aparecen nuevos rostros dentro de los salones de clase, aunque muchos de ellos eligen como opción el liceo por diversas razones, sea por emblemática participación en las distintas movilizaciones o por el prestigio que el liceo tiene.
Profesor pregunta a alumna: ¿desde hace cuanto que estudia en el Liceo?
Alumna responde: Desde el año pasado, pero desde vengo a las tomas, movilizaciones y las diversas actividades que realiza el liceo. Por eso me cambié acá.”
Además, se recoge la pluralidad y diversidad entre la población adolescente que pulula entre los pasillos y patio del liceo, pues, entre las diversas conversas que se pueden mantener con los estudiantes, algunos dan a conocer sus inclinaciones y pensamientos
Alumno en práctica pregunta: ¿y qué vas a realizar para Pascua de Resurrección?
Alumno responde: Bueno profesor, para el domingo iré con mi grupo musical a tocar y repartir huevitos de chocolates en algunos cerros de Valparaíso.
Alumno en práctica: Que interesante!”
Como se ve en el dialogo entre alumno y “profesor”, pues, el alumno cumple con ciertos parámetros o características que busca el propio liceo entre las filas de estudiantes que conforman la familia de la famosa “Barrita”, más aún, dentro del propio reglamento del liceo se hace hincapié sobre el perfil del estudiante, ejemplo de ello es: “Su compromiso con una sociedad más justa y solidaria.”[7]
Pero otra de las cosas que se pueden destacar y causar cierta extrañeza, es la cordialidad que hay dentro del recinto, lo cual genera un clima de agrado y gusto por ir a la práctica, esto se puede explicar de la norma que expresamente busca generar un clima de confianza y que mejor manera que el “saludo” para lograr ese tipo de acercamiento “1) El saludo representa no solo un acto de cortesía sino también una forma de comenzar el día considerando la importancia del otro. Salude.”[8]
Con relación al modelo curricular que utiliza el Liceo Eduardo de la Barra, se puede decir  que se relaciona con el modelo Sociocognitiva, pues,  lo que se logra percibir dentro de aula de clases es que busca generar el aprendizaje y construcción del conocimiento a través de la experiencia y de la propia intuición del alumno guiado por el profesor, más aún, se el dialogo e intercambio de idea entre los dos actores del aula sin caer en la jerarquización de la relación sino que la horizontalidad de ella, pues, de la conversa se llega a la generación de acuerdos o pactos. Pero otra cosa que también se da dentro del salón de clases, es la inculcación de valores que van más allá de la competición, ya que los propios estudiantes, sin percatarse, se diferencian por la capacidad de cooperación y de sentido social, aunque algunas veces caen en la apatía por el simple hecho de estar extensas horas dentro de una sala de clases y eso merma la capacidad que tiene, al punto de verse indiferente frente a lo que sucede en el aula (hay que considerar factores como el clima, la cantidad de alumnos dentro de la sala de clases, la infraestructura descuidada, etc.)

Identificación de la institución organizacional “Liceo Eduardo de la Barra”
Ubicación: Valparaíso.
Dirección: Avenida Colón n°2184.
Unidad vecinal y distrito: n°130 / n°12.
Niveles y modalidades:
1ro, 2do, 3ro, 4to de enseñanza Media “Científico Humanista”.
1ro, 2do, 3ro, 4to de enseñanza Media “Científico Humanista” Adultos.
1ro y 2do Ciclo Adulto.
Universo Estudiantil:

N° de cursos
N° de alumnos
1ro de Enseñanza Media
12
540
2do de Enseñanza Media
12
540
3ro de Enseñanza Media
12
540
4to de Enseñanza Media
12
540
2do Medio (adultos)
1
35
3ro Medio (adultos)
1
35
4to Medio (adultos
1
35
2do Ciclo
3
115
1er Ciclo
1
35

Promedio de alumnos (Enseñanza Media para Niños-Jóvenes): 34
Matrícula de Alumnos/Alumnas: 1.288
Horario: Inicio: 07:50 horas / Termino: 00:00 horas.
Distribución de la jornada:
Jornada de la mañana
3ro y 4to de Enseñanza Media
Jornada de la Tarde
1ro y 2do de Enseñanza Media
Jornada Vespertina
Adultos

Horario de la jornada Científico Humanista:
Horas
Horarios
Ingreso al establecimiento
7:50
Inicio de clases
8:00
1
8:00 – 8:45
2
8:45 – 9:30
3
9:30 – 10:15
Recreo
10:15 – 10:40
4
10:40 – 11:25
5
11:25 – 12:10
Recreo
12:10 – 12:30
6
12:30 – 13:15
7
13:15 – 14:00
Almuerzo
14:00 – 14:45
8
14:45 – 15:30
9
15:30 – 16:15

Jornada de funcionamiento: Mañana – Tarde – Vespertina.
Director(a): Lorena Patricia Cortés Zúñiga (Profesora de Estado).
Sostenedor: Corporación Municipal de Valparaíso para el Desarrollo Social (CORMUVAI).
Dependencia: Municipal
Plantel de docentes: 83
Áreas académicas:
a)    Ciencias: conformada los departamentos de Matemáticas, Física, Química y Biología.
b)    Humanidades: conformada por los departamentos de Lenguaje y Comunicación, Filosofía, Historia y Geografía, e Inglés.
c)    Artes: consta de tres departamentos; Artes visuales, Música y Educación Tecnológica.
d)    Deportiva: perteneciente al departamento de Educación Física.

Organigrama de la Institución:

Análisis crítico
            El universo que se encuentra dentro de los muros del Liceo Eduardo de la Barra ofrece una gran cantidad de situaciones y hechos que permiten graficar manera satisfactoria los factores a estudiar, es decir, el curriculum y la cultura escolar que se genera dentro del establecimiento.
            Para comprende, es necesario revisar el plan curricular de las distintas secciones en que se divide el liceo, mañana, tarde, noche, o sea 1ro, 2do, 3ro, 4to, los cuales tienen una carga horaria de 34 horas (1ro y 2do diurno), 37 horas (3ro y 4to diurno) y 27 horas para el ciclo de la noche, pero lo esencial es que siendo un liceo “laico” y que se jacta tanto en el PEI como la página web, sea del establecimiento o del ministerio, en la malla diurna se le entrega 2 horas para el ramo de “Religión”. Aunque esto no choca, pues, también se hace hincapié en la pluralidad y apertura de mentalidad que el recinto de educación tiene, tanto así que se realizan actividades relacionadas con la religión, desde pastoral hasta la promoción de grupos como el EJE:
“Alumno golpea la puerta, profesor le da permiso para que entre al salón de clases:
Alumno dice: Profesor, ¿puedo dar una aviso comercial?
Profesor responde: Sí, tiene permiso para dar el aviso comercial.
Alumno dice: Para todos los interesados, hoy, jueves, se realizará una reunión EJE, en que se programará la primera caminata para entregar alimentos a gente en situación de calle”
Más aún, dentro del propio reglamento se hace énfasis que las horas de “Religión” no impartidas serán tomadas por algún otro ramo “Artículo 7°: Las horas de Religión no impartidas serán asimiladas en la profundización del Plan de Estudio de los subsectores del Plan Curricular Común en todos los niveles educativos.”[9]
Entendiendo que existen las clases de religión en una escuela laica, pues, se genera cierta contradicción, aunque la visión pluralista y libertad que existe dentro del liceo da pie que es normal dentro de la visión de escuela que la misma institución desea impartir.
Otro aspecto a destacar es que se rige por los planes del Ministerio de Educación, entendiendo por ello como el PLAN COMÚN y el PLAN DIFERENCIADO, cada uno de estos tiene distintos enfoques y metodologías de enseñanza, pues, si en el primero busca entregar información y generar actividades grupales, pues, en el segundo se busca netamente la reflexividad y crítica del alumno a través de las herramientas que se entregan en clases, sea a través de las actividades grupales como de los diálogos que se desprenden de ella, llegan al punto de que los alumnos terminan cuestionando el sistema o que el profesor o profesora termine dando una cátedra sobre la educación que realmente se desea lograr en el aula y del choque que enfrentan al ver que la cultura dominante (competitividad y individualismo) es más fuerte que los valores que buscan promover en el propio liceo
“Alumnas disertan sobre la Pedagogía en el ramo de Historia, Geografía y Ciencias Sociales (Plan Diferenciado) frente al curso y el profesor. Terminada la exposición, el profesor realiza algunas preguntas, entre ellas aparece:
Profesor pregunta: Alumna, ¿por qué dice que en el Liceo se practica la pedagogía crítica?
Alumna responde: Porque siempre explica sobre emancipación, además que el propio Liceo un tipo determinado de ideología y hasta participamos en marchas.
Profesor dice: Creo que el liceo es más academicista de lo que crees, ya que muchos alumnos y alumnas están preocupados por la nota o que les pasen materia para llenar los cuadernos.”
En este punto se nota que todavía hay ardua tarea por parte de los pedagogos por quebrantar la hegemonía o visión escolástica que se tiene de la escuela y que todavía se mantiene en la retina de estas nuevas generaciones, pues, siendo que se les da la oportunidad de poder acceder al conocimiento de una manera distinta al de la tradicional clase expositiva. Aunque sean alumnos y alumnas son críticos y reflexivos, con valores y conciencia del entorno en que viven, todavía no logran encontrar el sentido del conocimiento, ya que dentro de una de las tantas clases en el aula, se pregunto sobre ¿por qué es importante el conocimiento? Y varios de ellos respondían de forma elocuente y coherente a un adolescente con buen manejo de información, pero todavía ven el conocimiento como un accesorio para adquirir y acumular, pero no para liberar y emancipar.
Más aún, aunque se les de la libertad y autonomía para realizar trabajos grupales con supervisión, simplemente no logran aprovechar las implicancias de dicha actividad (generar conocimientos, habilidades y valores), aunque el propio profesor del ramo lo ve como algo natural de la edad, adolescentes en la fase media que están deseosos de socializar y hablar todo el día.
Lo que se puede encontrar en las aulas del liceo Eduardo de la Barra, son más que una sorpresa, ya sea porque la propia cultura escolar, desde el momento que uno entra al establecimiento hasta que se retira, permea de alguna manera la visión que se tiene sobre la experiencia que se adquiere en la práctica de observación, ya que desde el primer minuto se entra saludando, saludando a todo el personal o el personal te saluda, indirectamente si te conocen o no. Además, más de un alumno o alumna te saludo y conversa con uno como si fuera un par más dentro de su grupo.
Pero la cultura escolar no solamente se circunscribe solamente en el saludo, pues, también se puede destacar la importancia de que todos los profesores y practicantes participen de las actividades, desde conocer en terreno las reivindicaciones laborales, participar en una de sus marchas, como la de ir como escucha en algunas de las actividades académicas que realizan, jornadas pedagógicas dentro del liceo, por lo cual la institución educacional busca familiarizar, apego y sentido de pertenencia.
Lo que se puede desprender de la práctica de observación, de la revisión de información, sea fuentes orales o escritas, para comprender los diversos aspectos que encierran el curriculum y la cultura escolar es por esencia crear ciudadanos o ciudadanas capaces de poder interactuar en sociedad, o sea personas activas que participen en la construcción de un mundo mejor, pues, aunque sea algo explicitado dentro del PEI y el reglamento, también es algo que busca el curriculum sociocognitivo.

Conclusión:
El hecho de participar en la experiencia pedagógica denominada como “práctica de observación” y conocer lo que se desarrolla dentro de la sala de clases en un establecimiento educacional, permitiendo sentir de primera fuente la realidad de la educación nacional y poder contrastarla con la teoría que ofrecen los eruditos que producen literatura relacionada con la ciencia de la Educación.
Es en ese instante, entre el choque de lo teórico y lo práctico, donde se aprende que no todo lo que se encuentra escrito logra traspasar y llegar a los salones de clases, aunque siempre puede haber algo de contradicción, pues, si en el liceo Eduardo de la Barra, se logra lo identificado a primera vista, curriculum sociocognitivo, pero sigue de alguna forma manteniéndose dentro de la mentalidad del estudiantado la necesidad de que las clases deben ser expositivas como tal o que debe existir presión, castigos, para lograr ciertos objetivos, en vez de aprovechar las oportunidades de experimentar otro tipo de relación con el conocimiento, es decir, la utilización de nuevos medios (internet) y formatos (mayor dialogo y trabajos grupales) para poder construir el conocimiento como tal.
Aunque tampoco se puede obviar que la propia institución logra gran parte de sus objetivos al generar un clima grato de trabajo y que los propios alumnos y alumnas se convierten en ente activo de la sociedad a través de la participación o de demostración de los valores que han adquirido en su paso dentro el liceo.
En definitiva, lo que transcurre en el aula y que se logra percibir a través de la observación permite dimensionar aspectos que pasan desapercibidos o que simplemente no logran capturar la atención, pero que en el instante que se va revisando las fuentes, PEI, Ministerio de Educación de Chile, Reglamento del colegio donde se realiza la práctica, artículos académicos, etc., se logra descifrar las características que la institución, pues, es un liceo que busca formar gente para una nueva sociedad a través de la entrega de un plan curricular científico humanista, pero que busca inculcar valores y resaltar la importancia de participar activamente en la sociedad y por ende, en el espacio que se habita.
Bibliografía
·         Liceo Eduardo de la Barra. 2015. Valparaíso. Chile [En línea ] <http://eduardodelabarra.cl/index.php>  [consulta: 17 de Mayo]
·         Ministerio de Educación de Chile (MINEDUC). 2015. Santiago. Chile [En línea] <http://www.mime.mineduc.cl/mvc/mime/ficha?rbd=1515> [Consulta: 17 de Mayo]
·         Proyecto Educativo Institucional Liceo Eduardo de la Barra. 2015. Valparaíso. Chile. [En línea] <http://eduardodelabarra.cl/uploads/PEI/PEI.pdf> [Consulta: 17 de Mayo]
·         Manual de convivencia escolar Liceo Eduardo de la Barra. 2015. Valparaíso. Chile. [En línea] < http://eduardodelabarra.cl/uploads/Manual__2015._03.pdf> [Consulta: 17 de Mayo]
·         Ministerio de Educación del Perú. 2015. Perú. [En línea] <http://sistemas02.minedu.gob.pe/archivosdes/fasc_ped/01_pedg_d_s1_f3.pdf> [Consulta: 17 de Mayo]
·         Santiago Lorenzo S., Gilberto Harris B., Nelson Vásquez L., Vida, Costumbres y Espíritu Empresarial de los Porteños –Valparaíso en el siglo XIX-, ed. Instituto de Historia Universidad Católica de Valparaíso, Viña del Mar, 2000.


[1] Proyecto Institucional Educativo Liceo Eduardo de la Barra, 2014, página 6 http://eduardodelabarra.cl/uploads/PEI/PEI.pdf
[2] Santiago Lorenzo S., Gilberto Harris B., Nelson Vásquez L., Vida, Costumbres y Espíritu Empresarial de los Porteños –Valparaíso en el siglo XIX-, ed. Instituto de Historia Universidad Católica de Valparaíso, Viña del Mar, 2000, p. 95.
[3] Proyecto Institucional Educativo Liceo Eduardo de la Barra, 2014, página 3 http://eduardodelabarra.cl/uploads/PEI/PEI.pdf
[4] Proyecto Institucional Educativo Liceo Eduardo de la Barra, 2014, página 12 http://eduardodelabarra.cl/uploads/PEI/PEI.pdf
[5] Proyecto Institucional Educativo Liceo Eduardo de la Barra, 2014, página 11 http://eduardodelabarra.cl/uploads/PEI/PEI.pdf
[6] Proyecto Institucional Educativo Liceo Eduardo de la Barra, 2014, página 12 http://eduardodelabarra.cl/uploads/PEI/PEI.pdf
[7] Manual de convivencia escolar Liceo Eduardo de la Barra, página 4, http://eduardodelabarra.cl/uploads/Manual__2015._03.pdf
[8] Manual de convivencia escolar Liceo Eduardo de la Barra, página 31, http://eduardodelabarra.cl/uploads/Manual__2015._03.pdf
[9] Manual de convivencia escolar Liceo Eduardo de la Barra, página 31, http://eduardodelabarra.cl/uploads/Manual__2015._03.pdf

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