Introducción:
Enfrentar el desafío que propone el
“Programa Especial de Pedagogía en Enseñanza Media para Licenciados” de la
universidad Andrés Bello, no es solamente adquirir el compromiso por aprender
el oficio del pedagogo y por ende, manejar de manera concisa y precisa el
cúmulo de conocimiento que esta rama de las Ciencias Sociales y Humanidades
ofrece, aunque también obliga a aplicar todo ese saber a la propia aula de
clases por medio de la práctica de observación en la institución educacional
asignada por parte de la universidad.
Es por medio de la práctica de
observación o inicial, esas 60 horas pedagógicas, entendiendo que 1 hora
pedagógica es el equivalente a 45 minutos, en que el licenciado o licenciada
tiene la posibilidad de conocer el universo que se fragua al interior de la
institución educacional, desde el momento que se ingresa al establecimiento
educacional hasta las relaciones que se logran establecer en el transcurso de
la propia práctica, lo cual podría considerarse, parafraseando a Terrence E.
Deal, el Clima, Ethos o Saga, en donde se funden o amalgama lo que se entiende
como “Cultura Escolar” y por consecuencia la interpretación de lo que se logra
percibir a la hora de experimentarlo en el aula de clases.
Pero articular todo lo expuesto a
través de un informe implica más que solo bellas palabras, pues, se hay
explicar la configuración la investigación. Para lograr dicho objetivo, dar
coherencia a la presentación de este trabajo, es necesario tener presente que
la información utilizada es netamente lo recogido a través de la experiencia ganada
en la práctica, es decir, las anotaciones y las conversas que se han mantenido
con los distintos integrantes de la institución educacional (sea estudiante,
otros practicantes, profesores, etc.); además, hay que agregar la utilización
de los artículos proporcionados en la propia cátedra (Curriculum Educacional),
pues, tampoco se puede dejar de lado los textos que el propio establecimiento
posee, es decir, el Proyecto Educativo Institucional (PEI) y el reglamento
escolar, los cuales permitirán generar un cuerpo de conocimiento de calidad y
comprender si el proyecto educacional se cumple a cabalidad, o simplemente
queda en el papel.
Este informe se divide en dos ítems, el
primero va en relación al origen del establecimiento, específicamente el Liceo
Eduardo de la Barra de Valparaíso, y esto conlleva la organización y estructura
del propio liceo, o sea quienes lo conforman y de qué manera se articula la
jerarquía dentro de ella. El segundo tramo del trabajo va en relación a
detectar y aplicar el conocimiento adquirido en la cátedra y contrastarlo en
las experiencias vividas dentro del aula del propio liceo, además de poder
determinar por ejemplo los rasgos característico de una escuela netamente
academicista o emancipadora, cual es el curriculum que aplican, que sucede en
el aula, etc.
Es por ello que el presente informe
va en relación a todo lo experimentando en el aula de clase y como aplicar la
información adquirida a través de las lecturas o actividades realizadas dentro
de la cátedra a través del análisis crítico que objeto de estudio, Liceo
Eduardo de la Barra, y lo que conlleva todo el proceso de aplicación de la
información. Pero, también hay que plantear los resultados o vislumbrar ciertas
conclusiones que se puede llegar a desprender de la investigación, aunque a
primera vista el liceo es distinto a todo lo que he conocido o vivido como
estudiante en el Colegio Carlos Cousiño, por lo cual uno puede llevarse
sorpresas como el tipo de clases que se plantea en el aula, las actividades que
se realizan o la relación que los alumnos y profesores que se percibe en el
ambiente.
Aunque de alguna forma, como uno de
los principales resultados, se puede entender al Liceo Eduardo de la Barra pone
en práctica el curriculum sociocognitivo, ya que el interés de la propia
institución es generar cambios en el modo de pensar entre el alumnado, es
decir, que pueda ser personas reflexivas y críticas con relación al ambiente en
que vive, más aún, que sean participes activos de las sociedad, pues no es
casualidad que dentro de la propia institución, y fuera de ella, se generen
debates y diálogos, además de participar en las diversas marchas relacionadas
con la educación. Otro punto es el clima de cordialidad y cooperación que se
hace presente en todos los espacios del recinto educativo, desde el alumno o
alumna que ayuda de manera activa dentro de la clase, como el de los profesores
y diversos integrantes que conforman la extensa familia de “la barrita” –así
denominan al Liceo en los gritos de alianza o marchas y los afiches que
promocionan actividades–, aunque también se puede encontrar algunos pequeños
desajustes o choques dentro lo que se plantea en los reglamentos con lo que
sucede en la realidad, pero todo va relacionado al pacto y compromiso que los
estudiantes y profesores entablan dentro de las propias aulas de clase.
Descripción de la
Institución
“Liceanos fervientes estudiantes
de alma fuerte y de gran corazón,
en las aulas forjáis vuestro temple
y al colegio brindáis prez y honor”
de alma fuerte y de gran corazón,
en las aulas forjáis vuestro temple
y al colegio brindáis prez y honor”
Himno Liceo Eduardo de la
Barra (fragmento)
El Liceo Eduardo de La Barra, de
Valparaíso, se caracteriza por ser un establecimiento educacional emblemático e
histórico, pues, lleva más de 150 años de vida impartiendo educación y en sus
aulas han pasado destacados personajes del acontecer nacional (Arturo Moya
Grau, José Joaquín Edwards Bello, Salvador Allende, etc.), convirtiendo dicho
espacio en un objeto de estudio y análisis extremadamente interesante.
El origen del establecimiento
educacional se remonta a mediados del siglo XIX, específicamente, con el
decreto de creación firmado por el presidente José Joaquín Pérez, en el año
1862:
“Considerando la
importancia de la ciudad de Valparaíso, que tanto por su comercio y población
como por su cultura, reclama con urgencia de un establecimiento de educación en
que pueden hacerse los estudios preparatorios necesarios a cualquiera profesión
científica y aquellas especialmente más en armonía con el carácter de la
localidad, he venido en acordar y decreto: Créase en la ciudad de Valparaíso un
establecimiento de educación; que llevará el nombre de Liceo de Valparaíso…”[1]
Este decreto va en directa relación
a los intereses que existen por parte de los grupos dominantes tanto de la
capital de Chile como el del empresariado de la ciudad puerto, pues, el
objetivo de ellos era la creación de profesionales en relación con las
necesidades de progreso para Valparaíso:
“La importante provincia
de Valparaíso ha carecido hasta ahora de un establecimiento de instrucción
superior sostenida por el erario nacional. El gobierno trata de llenar ese
vacío fundando un colegio que junto con facilitar el aprendizaje de aquellos
ramos de utilidad general, que forman la base de la instrucción de todo hombre
culto, proporcione a los alumnos que lo frecuente conocimientos especialmente
aplicables a las necesidades del comercio”[2]
Estas dos citas expuestas ponen en
relevancia la importancia o esencia del Liceo Eduardo de la Barra, ex Liceo de
Valparaíso, el cual va en directa relación con la conformación de esta
institución, la génesis, y su
historicidad, más aún, en la idea de ser una institución dedicada a llevar la
educación a todos los sectores, pues, de alguna forma logró cautivar, en el
periodo decimonónico, a los estratos más bajos de entrar al mundo del
conocimiento, específicamente, la comprensión del comercio, pues, es esta el
principal interés del curriculum del establecimiento para ese periodo
“Desde su fundación, el liceo
está ligado al desarrollo de la libertad y democracia de la nación. Emerge en
1862, entre los primeros Liceos públicos y por ello, sobrelleva la calidad de
heredero de la Educación Pública y por ello, sobrelleva la calidad de heredero
de la Educación Pública vinculada desde sus inicios, a todo proceso en que la
participación y el cambio están presentes”[3]
En
esta breve, pero no menos importante, introducción histórica sobre los orígenes
del Liceo Eduardo de la Barra, se puede encontrar ciertos indicadores
(educación pública, formación, cultura, etc.) que confluyen con lo que podemos
observar dentro de la práctica de observación, pues, siendo un liceo municipal
que está abierto a recibir a todo tipo de estudiante, indirectamente del
estrato social que se tenga, siempre está el recordatorio o sentimiento de
pertenencia de clase:
“Alumno dice: Profesor, qué significa ‘Capital Cultural’.
Profesor dice: El ‘Capital Cultural’, según Bourdieu, es la
manera de adquirir y acumular conocimientos o ventajas que tiene un grupo de
terminado de personas para acceder a ellas.
Alumna dice: ¿cómo se puede entender eso que dice?
Profesor dice: puedes comprar el liceo con algún colegio
del ‘barrio alto’, o sea, ustedes tiene una educación distinta a la de ellos y
se ve graficado en los resultados, más aún, hasta tienen la posibilidad de
pasear y conocer por sí mismos ciertas cosas que nosotros, como institución, no
podemos proveerles, como salir de paseo a otro país.”
A
esto hay que agregar lo siguiente
“Profesor dice: todos los que estamos acá, reunidos en este salón, somos de clase baja.
Ya que no tenemos la posibilidad, por el sistema, de acceder a otro tipo de
realidad.
Alumno dice:
pero yo me siento Clase Media.
Profesor dice:
pero por alguna razón estás en este colegio y no en otro.”
Estos
dos registros expuestos pertenecen a la última semana de abril, en la clase de
Historia, Geografía y Ciencias Sociales del plan Diferenciado, en el cual se
está pasando en el aula “Introducción a la realidad nacional y análisis de
fuentes documentales”, por lo cual muchas veces los diálogos entre
alumno/alumna y profesor van a girar en relación a la contingencia nacional y
en algunas de las coyunturas del momento como lo es la Educación o el sistema
económico imperante en Chile –parte de los y las estudiantes, de los dos
terceros en que realizo la práctica, participan en las manifestaciones en apoyo
a los profesores o marchas de distinto índole, al punto de promocionarlo a
través de panfletos en pleno recreo este tipo de actividades–
|
Pero
las expresiones van más allá de simple impreso, pues, se puede encontrar en los
distintos espacios del propio liceo un sinnúmero de murales, éstos van
conectados con el pensamiento y la expresión que gran parte del alumnado y el
mismo profesorado adhiere, pues, en la coyuntura del 2011 (Movilizaciones
Estudiantiles) este tipo de arte proliferó del establecimiento que estuvo en
toma. Como se logra apreciar, en las distintas imágenes, pues, se logra captar
íconos de la izquierda y el sentir de los propios estudiantes que simpatizan
con esta ideología, aunque también hay un sentido artístico y de empatía con
los problemas que aquejan en otras latitudes del país
Figura 2.
Mural dedicado a los estudiantes y
Figura 3.
Mural dedicado a la educación y al Subcomandante Marcos (EZLN), acompañado de
una cita del literato Mario Benedetti.
Figura 4.
Mural dedicado al pueblo Mapuche.
Figura 5. Arte
callejero (Street Art) dentro del establecimiento.
Estas muestras de expresiones, arte
que nos permite entender de alguna forma el mundo que se desarrolla dentro del
liceo, logran dilucidar algunos de los objetivos que busca entregar el Liceo
Eduardo de la Barra en de sus tantas premisas que logran palpar con mucha
facilidad, ya sea a través de actividades (Jornadas Pedagógicos Reflexivas,
actividades artísticas, participar en las marchas, etc.) “Asumir un compromiso
social para trabajar por el bien común, y con ello, por una sociedad justa y
democrática.”[4]
El liceo Eduardo de la Barra, dentro
de su proyecto educativo institucional (PEI), se logra encontrar una amplia
característica de cualidades descritas a través de algunos pasajes del texto
nombrado, pues, en el establecimiento porteño, como vocación, siente la
obligación de mantener vivo los principios de la educación pública chilena, es
decir, de profunda vocación humanista, democrática y laica, en que se aborda el
pluralismo y acercamiento con el entorno social que le rodea, pero nunca
dejando de lado la calidad humana y los valores que los propios integrantes del
recinto educacional puedan entregar las futuras generaciones de chilenos y
chilenas que conformarán la sociedad.
Todo lo expuesto es explicado de
manera extensa y concisa dentro del “marco filosófico”, en el cual se hacen
patentes la finalidad educacional del propio liceo, pues, lo que más hace
hincapié es en la construcción de una mejor persona a través el desarrollo de
habilidades cognitivas, competencias y talentos tanto físicos, sicológicos y
espirituales, pues, como se ha explicado, el liceo recalca de manera insistente
su legado humanista, donde el trabajo no radica solamente en los resultados
académicos sino en la formación de una persona íntegra con capacidad para
participar dentro de la sociedad competitiva e individualista “El Liceo Eduardo
de la Barra promueve el desarrollo de habilidades, destrezas y competencias
necesarias para el desenvolvimiento académico, ético y social de excelencia,
que le permita a la persona desarrollarse como un ser integral, capaz de asumir
con éxito los desafíos que se le presenten en su vida personal”[5]
Pero si la misión del liceo no logra
ser suficientemente clara, entonces los objetivos logran diseccionar parte por
parte la cita, al punto de explicar de manera sustancial los aspectos que busca
resaltar la institución educacional y que queda explicitada a través de los
distintos documentos que han generado en el transcurso de última década, ya que
no es solamente el PEI sino también hay un reglamento interno y diversos
manuales que buscan reforzar la convivencia o el buen ambiente dentro de las
aulas:
1. Impulsar
en el alumno la internalización de valores, hábitos y actitudes positivas como
también la excelencia académica.
2. Fomentar
la identificación con el Liceo tanto por parte del alumno como del resto de los
estamentos, a través de actividades pedagógicas, socioculturales, recreativas y
de servicio comunitario
3. Promover
la integración, sana convivencia y un positivo clima organizacional que
facilite el desarrollo personal y la creación de lazos afectivos con la
institución
4. Incentivar
una actitud abierta al cambio que permita el desarrollo personal y comunitario.
5. Asumir
un compromiso social para trabajar por el bien común, y con ello, por una
sociedad justa y democrática.
6. Mejorar
permanentemente la calidad de la oferta educativa institucional.
7. Establecer
y mantener redes de apoyo en diversos ámbitos de la sociedad que permitan el
enriquecimiento y avance institucional.[6]
Otro
punto a destacar es la caracterización de los estudiantes, alumnos y alumnas,
que atiende el establecimiento educacional, pues, al ser de la Corporación y
depender de la Municipalidad, tiene la obligación y el deber de aceptar a todo
adolescente que deseé o que necesite terminar su educación media, ya que hasta
este mes, mayo, aparecen nuevos rostros dentro de los salones de clase, aunque
muchos de ellos eligen como opción el liceo por diversas razones, sea por
emblemática participación en las distintas movilizaciones o por el prestigio
que el liceo tiene.
“Profesor pregunta a alumna: ¿desde hace
cuanto que estudia en el Liceo?
Alumna responde:
Desde el año pasado, pero desde vengo a las tomas, movilizaciones y las
diversas actividades que realiza el liceo. Por eso me cambié acá.”
Además,
se recoge la pluralidad y diversidad entre la población adolescente que pulula
entre los pasillos y patio del liceo, pues, entre las diversas conversas que se
pueden mantener con los estudiantes, algunos dan a conocer sus inclinaciones y
pensamientos
“Alumno en práctica pregunta: ¿y qué vas
a realizar para Pascua de Resurrección?
Alumno responde:
Bueno profesor, para el domingo iré con mi grupo musical a tocar y repartir
huevitos de chocolates en algunos cerros de Valparaíso.
Alumno en práctica: Que
interesante!”
Como
se ve en el dialogo entre alumno y “profesor”, pues, el alumno cumple con ciertos
parámetros o características que busca el propio liceo entre las filas de
estudiantes que conforman la familia de la famosa “Barrita”, más aún, dentro
del propio reglamento del liceo se hace hincapié sobre el perfil del
estudiante, ejemplo de ello es: “Su compromiso con una sociedad más justa y
solidaria.”[7]
Pero
otra de las cosas que se pueden destacar y causar cierta extrañeza, es la
cordialidad que hay dentro del recinto, lo cual genera un clima de agrado y
gusto por ir a la práctica, esto se puede explicar de la norma que expresamente
busca generar un clima de confianza y que mejor manera que el “saludo” para
lograr ese tipo de acercamiento “1) El saludo representa no solo un acto de
cortesía sino también una forma de comenzar el día considerando la importancia
del otro. Salude.”[8]
Con
relación al modelo curricular que utiliza el Liceo Eduardo de la Barra, se
puede decir que se relaciona con el
modelo Sociocognitiva, pues, lo que se
logra percibir dentro de aula de clases es que busca generar el aprendizaje y
construcción del conocimiento a través de la experiencia y de la propia
intuición del alumno guiado por el profesor, más aún, se el dialogo e
intercambio de idea entre los dos actores del aula sin caer en la
jerarquización de la relación sino que la horizontalidad de ella, pues, de la
conversa se llega a la generación de acuerdos o pactos. Pero otra cosa que
también se da dentro del salón de clases, es la inculcación de valores que van
más allá de la competición, ya que los propios estudiantes, sin percatarse, se
diferencian por la capacidad de cooperación y de sentido social, aunque algunas
veces caen en la apatía por el simple hecho de estar extensas horas dentro de
una sala de clases y eso merma la capacidad que tiene, al punto de verse
indiferente frente a lo que sucede en el aula (hay que considerar factores como
el clima, la cantidad de alumnos dentro de la sala de clases, la
infraestructura descuidada, etc.)
Identificación
de la institución organizacional “Liceo Eduardo de la Barra”
Ubicación:
Valparaíso.
Dirección:
Avenida Colón n°2184.
Unidad vecinal y distrito:
n°130 / n°12.
Niveles y modalidades:
1ro,
2do, 3ro, 4to de enseñanza Media “Científico Humanista”.
1ro,
2do, 3ro, 4to de enseñanza Media “Científico Humanista” Adultos.
1ro
y 2do Ciclo Adulto.
Universo Estudiantil:
N°
de cursos
|
N°
de alumnos
|
|
1ro
de Enseñanza Media
|
12
|
540
|
2do
de Enseñanza Media
|
12
|
540
|
3ro
de Enseñanza Media
|
12
|
540
|
4to
de Enseñanza Media
|
12
|
540
|
2do
Medio (adultos)
|
1
|
35
|
3ro
Medio (adultos)
|
1
|
35
|
4to
Medio (adultos
|
1
|
35
|
2do
Ciclo
|
3
|
115
|
1er
Ciclo
|
1
|
35
|
Promedio de alumnos (Enseñanza Media
para Niños-Jóvenes): 34
Matrícula de Alumnos/Alumnas: 1.288
Horario:
Inicio: 07:50 horas / Termino: 00:00 horas.
Distribución de la jornada:
Jornada de la mañana
|
3ro y 4to de Enseñanza Media
|
Jornada de la Tarde
|
1ro y 2do de Enseñanza
Media
|
Jornada Vespertina
|
Adultos
|
Horario de la jornada Científico
Humanista:
Horas
|
Horarios
|
Ingreso
al establecimiento
|
7:50
|
Inicio
de clases
|
8:00
|
1
|
8:00 – 8:45
|
2
|
8:45 – 9:30
|
3
|
9:30 – 10:15
|
Recreo
|
10:15 – 10:40
|
4
|
10:40 – 11:25
|
5
|
11:25 – 12:10
|
Recreo
|
12:10 – 12:30
|
6
|
12:30 – 13:15
|
7
|
13:15 – 14:00
|
Almuerzo
|
14:00 – 14:45
|
8
|
14:45 – 15:30
|
9
|
15:30 – 16:15
|
Jornada de funcionamiento:
Mañana – Tarde – Vespertina.
Director(a):
Lorena Patricia Cortés Zúñiga (Profesora de Estado).
Sostenedor: Corporación
Municipal de Valparaíso para el Desarrollo Social (CORMUVAI).
Dependencia:
Municipal
Plantel de docentes: 83
Áreas académicas:
a) Ciencias:
conformada los departamentos de Matemáticas, Física, Química y Biología.
b) Humanidades:
conformada por los departamentos de Lenguaje y Comunicación, Filosofía,
Historia y Geografía, e Inglés.
c) Artes: consta de tres
departamentos; Artes visuales, Música y Educación Tecnológica.
d) Deportiva:
perteneciente al departamento de Educación Física.
Organigrama
de la Institución:
Análisis crítico
El universo que se encuentra dentro
de los muros del Liceo Eduardo de la Barra ofrece una gran cantidad de
situaciones y hechos que permiten graficar manera satisfactoria los factores a
estudiar, es decir, el curriculum y la cultura escolar que se genera dentro del
establecimiento.
Para comprende, es necesario revisar
el plan curricular de las distintas secciones en que se divide el liceo,
mañana, tarde, noche, o sea 1ro, 2do, 3ro, 4to, los cuales tienen una carga
horaria de 34 horas (1ro y 2do diurno), 37 horas (3ro y 4to diurno) y 27 horas
para el ciclo de la noche, pero lo esencial es que siendo un liceo “laico” y
que se jacta tanto en el PEI como la página web, sea del establecimiento o del
ministerio, en la malla diurna se le entrega 2 horas para el ramo de
“Religión”. Aunque esto no choca, pues, también se hace hincapié en la
pluralidad y apertura de mentalidad que el recinto de educación tiene, tanto
así que se realizan actividades relacionadas con la religión, desde pastoral
hasta la promoción de grupos como el EJE:
“Alumno
golpea la puerta, profesor le da permiso para que entre al salón de clases:
Alumno dice:
Profesor, ¿puedo dar una aviso comercial?
Profesor responde: Sí,
tiene permiso para dar el aviso comercial.
Alumno dice:
Para todos los interesados, hoy, jueves, se realizará una reunión EJE, en que
se programará la primera caminata para entregar alimentos a gente en situación
de calle”
Más
aún, dentro del propio reglamento se hace énfasis que las horas de “Religión”
no impartidas serán tomadas por algún otro ramo “Artículo 7°: Las horas de
Religión no impartidas serán asimiladas en la profundización del Plan de
Estudio de los subsectores del Plan Curricular Común en todos los niveles
educativos.”[9]
Entendiendo
que existen las clases de religión en una escuela laica, pues, se genera cierta
contradicción, aunque la visión pluralista y libertad que existe dentro del
liceo da pie que es normal dentro de la visión de escuela que la misma
institución desea impartir.
Otro
aspecto a destacar es que se rige por los planes del Ministerio de Educación,
entendiendo por ello como el PLAN COMÚN y el PLAN DIFERENCIADO, cada uno de
estos tiene distintos enfoques y metodologías de enseñanza, pues, si en el
primero busca entregar información y generar actividades grupales, pues, en el
segundo se busca netamente la reflexividad y crítica del alumno a través de las
herramientas que se entregan en clases, sea a través de las actividades
grupales como de los diálogos que se desprenden de ella, llegan al punto de que
los alumnos terminan cuestionando el sistema o que el profesor o profesora
termine dando una cátedra sobre la educación que realmente se desea lograr en
el aula y del choque que enfrentan al ver que la cultura dominante
(competitividad y individualismo) es más fuerte que los valores que buscan
promover en el propio liceo
“Alumnas
disertan sobre la Pedagogía en el ramo de Historia, Geografía y Ciencias
Sociales (Plan Diferenciado) frente al curso y el profesor. Terminada la
exposición, el profesor realiza algunas preguntas, entre ellas aparece:
Profesor pregunta: Alumna,
¿por qué dice que en el Liceo se practica la pedagogía crítica?
Alumna responde:
Porque siempre explica sobre emancipación, además que el propio Liceo un tipo
determinado de ideología y hasta participamos en marchas.
Profesor dice:
Creo que el liceo es más academicista de lo que crees, ya que muchos alumnos y
alumnas están preocupados por la nota o que les pasen materia para llenar los
cuadernos.”
En
este punto se nota que todavía hay ardua tarea por parte de los pedagogos por
quebrantar la hegemonía o visión escolástica que se tiene de la escuela y que
todavía se mantiene en la retina de estas nuevas generaciones, pues, siendo que
se les da la oportunidad de poder acceder al conocimiento de una manera
distinta al de la tradicional clase expositiva. Aunque sean alumnos y alumnas
son críticos y reflexivos, con valores y conciencia del entorno en que viven,
todavía no logran encontrar el sentido del conocimiento, ya que dentro de una
de las tantas clases en el aula, se pregunto sobre ¿por qué es importante el
conocimiento? Y varios de ellos respondían de forma elocuente y coherente a un
adolescente con buen manejo de información, pero todavía ven el conocimiento
como un accesorio para adquirir y acumular, pero no para liberar y emancipar.
Más
aún, aunque se les de la libertad y autonomía para realizar trabajos grupales
con supervisión, simplemente no logran aprovechar las implicancias de dicha
actividad (generar conocimientos, habilidades y valores), aunque el propio
profesor del ramo lo ve como algo natural de la edad, adolescentes en la fase
media que están deseosos de socializar y hablar todo el día.
Lo
que se puede encontrar en las aulas del liceo Eduardo de la Barra, son más que
una sorpresa, ya sea porque la propia cultura escolar, desde el momento que uno
entra al establecimiento hasta que se retira, permea de alguna manera la visión
que se tiene sobre la experiencia que se adquiere en la práctica de
observación, ya que desde el primer minuto se entra saludando, saludando a todo
el personal o el personal te saluda, indirectamente si te conocen o no. Además,
más de un alumno o alumna te saludo y conversa con uno como si fuera un par más
dentro de su grupo.
Pero
la cultura escolar no solamente se circunscribe solamente en el saludo, pues,
también se puede destacar la importancia de que todos los profesores y
practicantes participen de las actividades, desde conocer en terreno las
reivindicaciones laborales, participar en una de sus marchas, como la de ir
como escucha en algunas de las actividades académicas que realizan, jornadas
pedagógicas dentro del liceo, por lo cual la institución educacional busca familiarizar,
apego y sentido de pertenencia.
Lo
que se puede desprender de la práctica de observación, de la revisión de
información, sea fuentes orales o escritas, para comprender los diversos
aspectos que encierran el curriculum y la cultura escolar es por esencia crear
ciudadanos o ciudadanas capaces de poder interactuar en sociedad, o sea
personas activas que participen en la construcción de un mundo mejor, pues,
aunque sea algo explicitado dentro del PEI y el reglamento, también es algo que
busca el curriculum sociocognitivo.
Conclusión:
El
hecho de participar en la experiencia pedagógica denominada como “práctica de
observación” y conocer lo que se desarrolla dentro de la sala de clases en un
establecimiento educacional, permitiendo sentir de primera fuente la realidad
de la educación nacional y poder contrastarla con la teoría que ofrecen los
eruditos que producen literatura relacionada con la ciencia de la Educación.
Es
en ese instante, entre el choque de lo teórico y lo práctico, donde se aprende
que no todo lo que se encuentra escrito logra traspasar y llegar a los salones
de clases, aunque siempre puede haber algo de contradicción, pues, si en el
liceo Eduardo de la Barra, se logra lo identificado a primera vista, curriculum
sociocognitivo, pero sigue de alguna forma manteniéndose dentro de la
mentalidad del estudiantado la necesidad de que las clases deben ser
expositivas como tal o que debe existir presión, castigos, para lograr ciertos
objetivos, en vez de aprovechar las oportunidades de experimentar otro tipo de
relación con el conocimiento, es decir, la utilización de nuevos medios
(internet) y formatos (mayor dialogo y trabajos grupales) para poder construir
el conocimiento como tal.
Aunque
tampoco se puede obviar que la propia institución logra gran parte de sus
objetivos al generar un clima grato de trabajo y que los propios alumnos y
alumnas se convierten en ente activo de la sociedad a través de la
participación o de demostración de los valores que han adquirido en su paso
dentro el liceo.
En
definitiva, lo que transcurre en el aula y que se logra percibir a través de la
observación permite dimensionar aspectos que pasan desapercibidos o que
simplemente no logran capturar la atención, pero que en el instante que se va
revisando las fuentes, PEI, Ministerio de Educación de Chile, Reglamento del
colegio donde se realiza la práctica, artículos académicos, etc., se logra
descifrar las características que la institución, pues, es un liceo que busca
formar gente para una nueva sociedad a través de la entrega de un plan
curricular científico humanista, pero que busca inculcar valores y resaltar la
importancia de participar activamente en la sociedad y por ende, en el espacio
que se habita.
Bibliografía
·
Liceo Eduardo de la Barra. 2015. Valparaíso.
Chile [En línea ] <http://eduardodelabarra.cl/index.php> [consulta: 17 de Mayo]
·
Ministerio de Educación de Chile (MINEDUC).
2015. Santiago. Chile [En línea] <http://www.mime.mineduc.cl/mvc/mime/ficha?rbd=1515>
[Consulta: 17 de Mayo]
·
Proyecto Educativo Institucional Liceo
Eduardo de la Barra. 2015. Valparaíso. Chile. [En línea] <http://eduardodelabarra.cl/uploads/PEI/PEI.pdf>
[Consulta: 17 de Mayo]
·
Manual de convivencia escolar Liceo Eduardo
de la Barra. 2015. Valparaíso. Chile. [En línea] < http://eduardodelabarra.cl/uploads/Manual__2015._03.pdf>
[Consulta: 17 de Mayo]
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[Consulta: 17 de Mayo]
·
Santiago Lorenzo S., Gilberto Harris B.,
Nelson Vásquez L., Vida, Costumbres y
Espíritu Empresarial de los Porteños –Valparaíso en el siglo XIX-, ed.
Instituto de Historia Universidad Católica de Valparaíso, Viña del Mar, 2000.
[1] Proyecto
Institucional Educativo Liceo Eduardo de la Barra, 2014, página 6 http://eduardodelabarra.cl/uploads/PEI/PEI.pdf
[2] Santiago
Lorenzo S., Gilberto Harris B., Nelson Vásquez L., Vida, Costumbres y Espíritu Empresarial de los Porteños –Valparaíso en el
siglo XIX-, ed. Instituto de Historia Universidad Católica de Valparaíso,
Viña del Mar, 2000, p. 95.
[3] Proyecto
Institucional Educativo Liceo Eduardo de la Barra, 2014, página 3 http://eduardodelabarra.cl/uploads/PEI/PEI.pdf
[4] Proyecto
Institucional Educativo Liceo Eduardo de la Barra, 2014, página 12 http://eduardodelabarra.cl/uploads/PEI/PEI.pdf
[5] Proyecto
Institucional Educativo Liceo Eduardo de la Barra, 2014, página 11 http://eduardodelabarra.cl/uploads/PEI/PEI.pdf
[6] Proyecto
Institucional Educativo Liceo Eduardo de la Barra, 2014, página 12 http://eduardodelabarra.cl/uploads/PEI/PEI.pdf
[7] Manual
de convivencia escolar Liceo Eduardo de la Barra, página 4, http://eduardodelabarra.cl/uploads/Manual__2015._03.pdf
[8] Manual
de convivencia escolar Liceo Eduardo de la Barra, página 31, http://eduardodelabarra.cl/uploads/Manual__2015._03.pdf
[9] Manual
de convivencia escolar Liceo Eduardo de la Barra, página 31, http://eduardodelabarra.cl/uploads/Manual__2015._03.pdf
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